miércoles, 23 de diciembre de 2009

Escuela para Padres - Educacion Sexual en los Hijos


EDUCACIÓN SEXUAL (Luis García)



...uno



La representación y valoración del cuerpo es algo que cada persona aprendemos de forma importante en los primeros años de vida. En este sentido baste recordar cómo la Educación Infantil promovida por la LOGSE reconoce como su primer objetivo «Descubrir, conocer y controlar progresivamente el propio cuerpo, formándose una imagen positiva de sí mismo, valorando su identidad sexual...».


Nuestro cuerpo es aprehendido y valorado por cada uno y cada una en función de lo que se nos dice de él y de cómo se nos permite actuar con él. La manera en la que tratemos el cuerpo de nuestros hijos, la forma en que el baño se convierta en un juego o una horrible obligación, cómo enseñemos a nuestros hijos e hijas a controlar esfínteres, nuestra actitud ante la autoexploración de su cuerpo o cómo potenciemos o inhibamos el uso de sus sentidos son variables con las que desde nuestra perspectiva -de padres y madres educadores- influimos en la sexualidad de nuestros hijos e hijas.


Con respecto a lo corporal, una práctica muy unida a posturas restrictivas ante la sexualidad ha sido la negación de la existencia de los cuerpos y su mutilación simbólica. Las lecciones de anatomía de los bachilleres de hace unas décadas sufrían tales movimientos sísmicos al llegar al ombligo que muchas personas no conservan mas que manchas borrosas de la zona pélvica.


Y si todos los cuerpos eran negados, los cuerpos femeninos sufrían malformaciones génicas propias de la más publicitada película de terror fantástico. La ideología dominante, machista y falocéntrica, ha reducido en un sentido general la capacidad sexual de las mujeres a su capacidad reproductiva y es de esta manera como muestra el cuerpo femenino.


Sobre ésta cuestión recomendamos la lectura de «Mas allá de los labios» de Elisabetta L. Leonelli, donde se realiza una revisión exhaustiva del «agujero», revisando la simbología y el control social que se concentra en la representación cultural de la vagina.







Entre muchos padres y madres aflora la preocupación ante las actividades masturbatorias de sus hijos e hijas.








Podemos afirmar que existen actividades autoeróticas desde los primeros días de vida. La succión regular y rítmica del chupete o el pulgar para la obtención de satisfacción es una de las primeras formas de autoestimulación. Muchas personas que se escandalizan al saber que en algunas culturas polinésicas se duerme a los niños varones estimulando rítmicamente sus genitales, no tienen ningún pudor en jugar al «caballito» o al «burrito» con sus hijos. Existen infinidad de formas para estimular placenteramente nuestros cuerpos. Para los bebés, junto a la obtención de placer, este tipo de actividades les proporciona un conocimiento esencial de su propio cuerpo. De la misma forma que necesitan conocer y explorar su entorno físico, precisan del conocimiento de su cuerpo.


La incorporación de las personas al mundo de los adultos requiere una larga cadena de inhibiciones y postergaciones de deseos. Esta es la razón por la que, como padres y madres, limitamos la autoestimulación infantil. Este principio, coherente con nuestro modelo social, no tiene por que ir unido a una consideración negativa o culpabilizadora de la masturbación. La persona que aprendió durante su infancia que estas actividades son reprobables y dañinas, conservará la impresión de que obtener sensaciones placenteras por estimulación de su cuerpo es algo sucio y repugnante. Esta actitud, con toda seguridad, será una traba para disfrutar siempre de su sexualidad.


Durante mucho tiempo nosotros, padres y madres, hemos oído hablar de la masturbación de las personas adultas -adolescentes o no- como algo terrible. Además de sus males -efectos- morales, su práctica tenía consecuencias trágicas que iban de la aparición del acné a la esterilidad, pasando por la ceguera y la calvicie.


Numerosos estudios vienen a contradecir a nuestros tutores y maestros: actualmente es una cuestión generalmente admitida que el autoerotismo es una práctica útil para la obtención de placer y satisfacción personal; también es un recurso para la descarga de tensiones físicas y de ansiedad; junto a todo esto, la masturbación es un instrumento inigualable para el autoconocimiento de nuestros cuerpos y esto es algo que, siendo beneficioso en sí mismo, también nos permite compartir nuestras experiencias con nuestra/s pareja/s.


Cuando se realiza vida sexual en pareja, la masturbación permite una cierta independencia a cada uno de sus integrantes de sus respectivos deseos sexuales. Este planteamiento puede chocar un poco si tenemos asociada la masturbación a la adolescencia o la contemplamos como un recurso menor a utilizar cuando no es posible la sexualidad de pareja. Esta asociación no puede, de ninguna manera, separarse de una concepción social restrictiva de la sexualidad de la que ya hemos hablado. El autoerotismo es una actividad que depende de los deseos de cada persona, independientemente de su edad, su situación de pareja o su sexo.


Cuando, como padres y madres, estamos temerosos de cómo empezarán nuestros hijos su vida sexual con otras personas, la masturbación permite a los jóvenes y adolescentes dar rienda suelta a sus fantasías y deseos salvaguardándose aún de frustraciones y conflictos.



...dos



Si el primer espacio donde tiene lugar la sexualidad es el individual, el personal, este plano se articula inmediatamente y de forma complementaria con el de la pareja. La función reproductiva de la sexualidad humana hace dirigir la conducta sexual humana hacia otras personas. Sobre este condicionante biológico aparecen numerosos usos sociales de la sexualidad que definen las formas en las que se establece la pareja procreadora.







El mero hecho de que nuestro hijo o nuestra hija alcancen edad de emparejarse y de aparearse ya es motivo suficiente para que exista un -pequeño o grande- terremoto doméstico. Y puede que no sea para menos.








Una vez que nuestros hijos e hijas alcanzan la madurez reproductiva y se hacen hombres y mujeres las posiciones relativas de cada uno de los miembros de la familia cambian rápidamente. Esto se acentúa en nuestros tiempos, cuando otros vectores de la mayoría de edad (independencia económica, abandono del hogar materno, empleo, etc.) se retrasan, amplificándose y cronificándose las tensiones y los conflictos intrafamiliares.


Los hijos sienten, junto a una cantidad de cambios físicos manifiestos y desbordantes, cómo empiezan a ser personas distintas para quienes les rodean, ya sean seducibles (posibles novios o novias) o competidores. Al mismo tiempo, no es difícil recordar o imaginar la sensación de un padre o una madre que por primera vez piensa que pueden ser abuelos.


Si hasta aquí estamos hablando de cambios progresivos y sutiles, la aparición del primer novio o novia tiende a concentrar todas estas nuevas sensaciones inquietantes y a menudo angustiantes.


Y es que, realmente, la incorporación al mundo adulto en su faceta reproductiva de un chico o una chica es un paso importante para todos los miembros de una familia. Por ésta razón es importante que nos detengamos a reflexionar sobre los contenidos y el sentido de la educación sexual que realizamos habitualmente. Hablar de embarazos, anticonceptivos y VIH/SIDA es importante pero no lo es menos colaborar en la medida de lo posible para que nuestros hijos e hijas comiencen a asomarse al mundo de la convivencia y la sexualidad adulta compartida.


Para ello debemos considerar necesario hablar de afectos, parejas, vida en común, etc. a nuestros hijos e hijas, no sólo para evitarles sufrimientos y frustraciones -realidades inevitables para cualquier persona en este ámbito- sino también para conseguir que mantengan la calma ante futuras dificultades y puedan sobrellevarlas y superarlas positivamente.


Un ejemplo concreto es el de la primera vez, situación sobre la que se concentran numerosos mitos y fantasmas que alteran y en ocasiones marcan a los jóvenes o adolescentes. Abordar y desbaratar las fantasías y chantajes que acompañan al tabú de la virginidad sobre todo para la mujer, desmitificar las imágenes de los medios de comunicación, admitir que la frustración y el conflicto son ingredientes inherentes pero no inundantes de la vida amorosa, subrayar la tranquilidad que permite el uso de anticonceptivos o darles nuestra propia visión -sin animo de imponerla- de cómo se desarrolla habitualmente, pueden ayudar a los noveles a enfrentar de forma positiva sus primeras experiencias.


Otra cuestión importante en éstos momentos puede ser la de transmitir la visión de la sexualidad como algo dinámico, tal y como comentábamos anteriormente. No existen apuestas ni órdagos en estas partidas que si tienen algo de interesante está en el mismo juego y no en el resultado. La vida es larga y la vida en pareja, como la sexual, pasa por momentos distintos donde cada persona aprende y se enriquece.


Hasta ahora hemos hablado de cómo la primera pareja o la primera experiencia sexual puede conmocionar a una familia. Si añadimos que en ocasiones esto puede ocurrir con personas del mismo sexo que nuestro hijo o hija, la conmoción familiar puede alcanzar el grado nueve de la escala de Richter, el nivel máximo de un terremoto.


La homosexualidad es definida y valorada de distintas formas en función de la cultura en la que se desarrolle.


Algunas sociedades, por ejemplo, constituyen un período socialmente aceptado y en ocasiones obligado de hábitos homosexuales que dan paso posteriormente al establecimiento de familias heterosexuales. En otras ocasiones, como ocurre en algunos sectores de nuestra sociedad, la homosexualidad es repudiada y los homosexuales excluidos.


Existen numerosas teorías que tratan de explicar este hecho y, no siendo éste el espacio para discutirlas, sí es importante subrayar que la homosexualidad no constituye en absoluto un trastorno o una enfermedad. Lo cierto es que resulta difícil hablar de homosexualidad en singular ya que las relaciones sexuales con personas del mismo sexo adquieren diversas formas. Existen, por ejemplo, numerosas personas que a lo largo de su vida han mantenido algún contacto sexual de este tipo, otras mantienen de forma permanente relaciones sexuales con personas del otro sexo y de forma esporádica mantienen relaciones homosexuales, determinadas personas escogen de forma exclusiva a otras de su sexo para desarrollar su sexualidad.







Las relaciones sexuales con personas del mismo sexo adquieren diversas formas.








Por otro lado, la elección de personas de uno y otro sexo para compartir la sexualidad es algo que varía en el tiempo. Es frecuente, por ejemplo, que en la infancia y la adolescencia se realicen juegos, exploraciones y otras actividades de orden sexual entre amigos/as del mismo sexo, esto no es ningún elemento que determine la orientación sexual de nadie. Otra realidad que habla de lo inconsistente de la homosexualidad como etiqueta estigmatizadora la definen aquellas personas que durante una época de su vida mantienen exclusivamente un tipo de orientación sexual, por ejemplo heterosexuales, y en momentos posteriores establecen relaciones de signo contrario. Tristemente una decisión que compete sólo a las personas que la realizan, como es el caso de la elección de pareja y la orientación sexual, da lugar a etiquetas sociales que tienen la capacidad de estigmatizar a sus protagonistas. Debemos evitar cualquier tipo de prejuicio que nos lleve más allá de considerar a cada persona distinta y al mismo tiempo mantener el principio de igualdad en su diferencia. Hacer esto significa respetar la libertad de cada persona para desarrollar su vida sexual y afectiva.





Extracto obtenido de: http://perso.wanadoo.es/angel.saez/pagina_nueva_170.htm

2 comentarios:

  1. medellin27de diciembre del 2009: COrdial saludo, èstos temas , son muy difisiles de tratar,por lo tanto hay que saber y entender alas personas que sùfren este tìpo de desorden sexual yà que en nuestro mèdio se critica y se excluye de tòda actividad a estas personas por su condicion,E incluso sòn objeto de burlas y golpisas por parte de desadaptados que no son tolerantes el ARTÌCULO es muy càro al referirse ala Igualdad que tòdos por ser hìjos de dios tenemos.. muchas gracias por maravilloso articulo ,espero recibir.... sobre drogadiccion y òtros....... de antemano muchas gracias.....

    ResponderEliminar